jueves, 2 de octubre de 2008

miS ZapatillasS y yo


Tengo que agradecer a mis zapatillas lo que hacen por mí cada día; cuando me encuentro en ese estado de inconsciencia voluntaria e inevitable entre la nada y el silencio, cuando a traición y por tu orden previa, en medio de la noche se escucha un estruendo aterrador que pretende ser melodía, pero que nunca lo consigue y te hace pasar de la tranquilidad del sueño a la incredulidad. No puede ser! Intentas poner algo de orden en tu cerebro, primero te interesa en qué día de la semana te despiertas, si el viernes está aún lejano, piensas en hundir la cabeza bajo la almohada y enfermar de repente, maquinaciones varias y variadas para seguir incrustada en el colchón de viscolástica y no ir a trabajar, imaginas el camino hasta el edificio de cristal que te engulle tras haber recorrido 40 km. enlatada y envuelta en otras latas que amenazan a la mía por encontrar un hueco sobre el asfalto en medio de esa maraña… como todos los días.





Buscas consuelo pensando en la siesta que te vas marcar cuando vuelvas del trabajo, aunque casi nunca lo consigues, pero eso te da ánimos para empezar a moverte y pasar poco a poco a la verticalidad, con un primer movimiento que consiste en asomarte desde el borde de la cama a buscar tus zapatillas, allá al fondo del abismo que va desde ésta al suelo y… sí, allí están esperándome, mis zapatillas!!!, entonces mis pies, ya aprendido el movimiento, se dirigen a ellas, y sin fallar aun sin verlas, se sumerjen en su calor y suavidad. Y es a partir de ahí cuando se hacen cargo de mi mente, me llevan al baño, de allí directamente a la cafetera, la nevera, las galletas, cuchara, azúcar…y ordenan a mi cerebro todos los movimientos cotidianos que hacen posible que yo vaya asumiendo la realidad. No sé que tipo de conexión o complot tienen contra mi voluntad pero tengo que agradecer lo que hacen por mí, y por eso las cuido y cada noche las coloco a mi lado cerca de la cama y allí me esperan sin moverse, pacientes, en silencio.


Ahora, hace unos días, como objetos de invierno que son, han decidio darse un baño y ya aseadas y limpias, meterse en una cajita a hibernar, no sin antes dejar en su lugar unas chanclas que me lo han puesto muy difícil, pues las únicas ondas que emiten y que yo soy capaz de percibir forman una sóla palabra VACACIONES.




ochenta minutos o más de coche diarios dan para pensar muchas tonterías, jeje

3 comentarios:

  1. Me encanta lo que has hecho con tus conocimientos de html. Es impresionante. Me han encanado los dibujicos del final de la página. ¡Menos mal que no sabías casi nada! Si llegas a saber...

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  2. Me encantaría disponer de una biblioteca - cuentoteca - tan extensa como la que tú muestras. Por eso te pido que facilites los títulos de los cuentos, supongo que cada uno tiene su propia historia para tí, y por eso los muestras al mundo. Esta tarea de llevar belleza a ciertos corazones está ya recompensada: has creado bienestar a muchos, devuelto la inocencia a otros.
    Gracias por este magnífico trabajo, te aseguro que lo envidio. Y si puedes, por favor, me gustaría contactar contigo personalmente para que me facilitases algunos títulos y/o cómo y dónde conseguirlos.

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