Cuando era chico me intrigaba cómo una flor se podía transformar en una fruta o un gusano horrible en una mariposa increíble. Más bien me llamaban mucho la atención eventos de la naturaleza, y todo lo que tenga que ver con el Universo y sus proporciones de tiempo y espacio inimaginables para una pobrecita mente humana.
Soy un gran amante de los "libros bellos", sobre todo los libros de arte. El libro como objeto en sí logra hechizarme, con sus tapas, su olor, su papel, sus colores, su magia. Todo esto lo encontré en esos libros maravillosamente ilustrados. Me pregunté una y mil veces cómo es que me estaba perdiendo eso. Encontré un nuevo sentido y dirección a todo lo que venía haciendo.
Dibujo desde siempre, eso lo tengo muy claro, pero nunca tuve claro el camino que seguiría, supongo que nadie lo sabe. Una cosa me llevó a la otra sin pensar ni forzar nada, ni querer ser mejor ni dibujar mejor que el año anterior, etc. etc.
El ámbito de la búsqueda es fundamental, pero es una búsqueda extraña porque yo no sé bien lo que busco hasta que aparece algo que me gusta, imprevisto, y luego continúas. Parece contradictorio, pero la vida misma es contradictoria no? Porqué el arte no debería serlo?
Quieres dedicar tu vida a dibujar o pintar? Ponte a trabajar... ese es mi consejo. Igualmente deduzco que es un camino que no tiene final, nunca se termina de aprender, nunca es domingo...
...todo lo que escucho o leo lo transformo en imágenes, en lugares, en objetos, con miles de detalles, colores.
Quiero seguir aprendiendo y descubrir cosas nuevas. Simplemente me hace feliz. También disfruto enormemente ver el buen trabajo de otros artistas.
Palabras de Gustavo encontradas en una entrevista que le hizo Juan Ignacio Barabani y que podéis leer completa en "nadando papeles"
Podéis ver sus trabajos en Gustavo Aimar. Ilustración, y además un curioso espacio donde podemos ver cómo trabaja. Su mesa de trabajo.