Las pinturas al pastel de Dariusz Twardoch son absolutamente mágicas; cada una de sus imágenes es la historia de unas marionetas que adoptan vida propia, cuando deciden abandonar a su titiritero.
En realidad son un pretexto para hablar del ser humano, de sus sueños y emociones, como el amor o la soledad.
Bajo la observación de la vida cotidiana ordinaria, pero constantemente sorprendente, llevan al espectador a un mundo donde todo es capaz de elevarse por encima de la ciudad y crear una estrella.
Nos recuerda que en la vida adulta se pueden y se deben tener sueños de niños.
Decoraría estas paredes con todas sus ilustraciones, pero ni debo, ni puedo. Las tenéis todas en su página. No dejéis de visitarla. Pero, cuidado! que os atrapa!!
Las encontró "el Tío Saín"
He ido a su página...¡hay muchísimas! He encontrado una en la que abren un baúl y sale la noche de él. Pues del tuyo sale toda la ternura y la sensibilidad del mundo.
ResponderEliminarGracias, eso dicho por alguien con tu sensibilidad tiene mucho valor para mí. Un beso...
ResponderEliminarSon una maravilla y nos recuerdan que aún siendo mayores, la infancia tiene su espacio. Saludos y hasta pronto. Feliz lunes.
ResponderEliminarQue MARAVILLA de ilustrador !!!!Lindo espacio el tuyo !!! Huele a sueños....
ResponderEliminarMe parecen poéticas y un poco tristes. Me gusta como escribes.
ResponderEliminarPreciosas ilustraciones, gracias por compartirlas.
ResponderEliminarhermosas!! cuánta ternura, te dan ganas de proteger a los personajes
ResponderEliminarQue bellas ilustraciones, muy emotivas. Saludos
ResponderEliminarHe descubierto ayer por casualidad a este ilustrador y me encanta... Hay libros publicados en español con esta historia tan preciosa de las marionetas...?
ResponderEliminarHola Nuria, siento no poder responder a tu pregunta, tampoco lo sé.
ResponderEliminarGracias por tu visita, un abrazo.